La mejor manera de homenajearla es autosuperandose, como hizo ella, que jamás paró de desarrollarse mental y espiritualmente. La mejor manera es, cada uno desde su lugar y desde sus posibilidades, siempre denunciar la injusticia, siempre arremangarse y meter las manos en el barro por nuestros hermanos.
Ese debería ser nuestro más sincero homenaje.