Bochini arde después del clásico

Recuerdo del primer mensaje :

Bochini arde después del clásico
18 de abril de 2011 • 15:20


El máximo ídolo futbolístico de Independiente, Ricardo Enrique Bochini, aseguró que en la cancha de Racing se observó, durante el clásico de Avellaneda, la consecuencia de la actualidad de los rojos.

Para "El Bocha", la derrota en el clásico "era previsible" e incluso señaló que el resultado final de 2 a 0 "sonó a poco", porque el equipo pudo haber recibido más goles.

"Es por todo lo que pasó en Independiente en los últimos años. Quedó eliminado de la Copa y parece normal. Pierde con Racing y parece normal. Es feo para un club como este. Antes perdías con Racing y había un `quilombo` infernal", sostuvo.

Recordado por su habilidad, Bochini siguió diciendo que "hoy es todo como si nada, porque ya hay un público que se conforma".

"Por eso ganó Comparada y por ahí se presenta de nuevo y gana; porque la gente no reacciona. Si el otro día, el presidente dijo que el equipo podía hacer ocho goles en Montevideo. ¿Cómo podés decir eso? Si lo insinuabas antes, la gente decía que la estabas cargando. Yo sólo quiero que el club sea como fue", puntualizó.

En su bronca, "El Bocha" dijo al diario "Crónica" que el equipo ganó la Copa Sudamericana ayudado por el reglamento porque en muchos casos avanzó por los goles convertidos como visitante y venció en la final a un conjunto que en Brasil se fue al descenso.

También, que en la Libertadores pudo haber pasado tranquilamente porque en el grupo estaban Peñarol y Godoy Cruz, "que no tienen nada".

Las novedades del plantel señalan que el delantero Matías Defederico se recuperó del desgarro y volvió a entrenarse con normalidad, junto al resto del plantel.

De esta manera quedará disponible para el partido del sábado frente a All Boys, en Avellaneda, correspondiente a la undécima jornada del Torneo Clausura.

En tanto, se confirmó que el mediocampista Nicolás Cabrera sufrió una distensión mientras que no podrán jugar Cristian Pellerano ni Andrés Silvera, quienes llegaron al límite de cinco amonestaciones.

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Podrán imitarnos, desvirtuarnos jamás.