[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]De vacaciones en Acapulco, la tan mentada dupla Lamadrid-Fernández se anotó en un concurso de ingesta de alcohol y se puso a prueba ante la presencia de una autoridad internacional. Diez horas después de haber comenzado la competencia, los participantes agotaron el stock de las bebidas más fuertes y se rindieron ante los tragos de dudosa masculinidad.
Walter, enojado y a punto de boxear al examinador, exclamó: “che, este pelotudo trabaja en Guinness, podría ser piola y traer más cerveza“. A lo que Hugo respondió: “no boludo, labura en la otra Guinness, la que controla los récords. Y seguí aplastando las uvas que nos quedamos sin vino“. [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Para Alvin Lee, como para toda una generación, el festival de Woodstock fue un hecho que marcó su vida parasiempre. El músico inglés pasó, de un momento a otro, de tocar en bares a actuar en estadios. Y no sólo sufrió los cambios artísticos. En aquel lejano 1969 también se dejó llevar por la explosión de las drogas, la paz y el amor libre, que incluía las relaciones interraciales.
Aquella etapa de experimentación condujo a Lee a tierras africanas, más específicamente a Zimbabwe. Allí conoció a gente de color, a la que le dijo (quizás para sonar extravagente) que venía desde un país de Sudamérica llamado Argentina, donde se practicaba un deporte con una pelota de cuero y dos arcos.
“Somos negros, no boludos“, le contestaron. “Además, acá leemos la SuperFútbol. Y vos sos el Flaco Lamadrid, no nos jodas“. [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Son Hugo Lamadrid y Walter Fernández, los mismos personajes que nos dieron para comentar una y otra vez por estos lares. En esta oportunidad, nos dan una lección de cómo vestirse para festejar un título internacional.
Lo principal es ganar el trofeo (por ejemplo, una Supercopa Interamericana) y después volver al país con un cierto aire extranjero, como para provocar un poco de revuelo en el aeropuerto.
Una posibilidad es usar una camisa rosa desabotonada casi hasta la altura de del ombligo, acompañada por un jean extremadamente baqueteado y unas zapatillas blancas. La otra opción, un tanto más arriesgada pero no menos elegante, es dejarse puesto el joggin de concentración y realzar la figura con un sombrero estilo cowboy. En ambos casos, es fundamental el uso de lentes negros.
Después de estos consejos, usted ya sabe cómo celebrar un torneo internacional. Ellos ya lo hicieron.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Dura la vida de los rockstars en los años 80’s. Encerrados en un cuarto de hotel mexicano, un integrante de Def Leppard y el Puma Rodríguez experimentaban con drogas y alcohol antes de un show en un estadio para 50 mil espectadores. Glamoroso como pocos, el británico lucía unas zapatillas Nike Feraldy, un pantalón color zanahoria y un buzo a rayas. Su compañero, favorecido por la lejanía del plano, simulaba una elegancia que rápidamente perdía sustento cuando le reclamaba a los gritos una pitada del habano para acompañar su Chivas Regal reserva 12 años.
Un maletero indiscreto contó luego que los músicos se registraron como Hugo Lamadrid y Walter Fernández. Y que jamás aprendieron a jugar al backgammon... [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Promediaban los 80’s cuando Racing se fue de gira por Colombia para jugar contra el América y el Deportivo Cali . En pleno vuelo, el Pato Fillol ablandó al comandante con una acción de inteligencia: le obsequió una foto autografiada. Con el camino allanado, los protagonistas de la imagen (algunos con pesados antecedentes en esta sección) se dirigieron a la cocina del avión y allí hicieron de las suyas.
El porrudo de Chupete Vázquez perdió 3 kilos dentro de esa calurosa campera de ciré. Walter Fernández no tuvo mejor idea que sostener una torta, ¡vistiendo jogging y camisa a rayas! Horacio Attadía había chupado tanto que se había olvidado de la misión que le había encomendado la gente de Apple: probar la versión Beta del Ipod. Y el Flaco Lamadrid, que había perdido 3 botones de la camisa vaya a saber en qué circunstancias, quiso olvidar el disgusto aferrándose a la primera botella que encontró.
Se comenta que uno, mareado por razones lógicas, gritó “¡parada, chofer!” una hora antes de llegar. [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]En aquel momento sonaban los hits del disco Steel Wheels. Faltaban dos años para que se editase Flashpoint y Roon Wood ya no aguantaba más. Cansado, agobiado y fastidiado por el acoso de sus fans, se refugió en un hotel ecuatoriano y haciéndose pasar por un argentino grasa se dispuso a cargar un termo con el whisky más caro que hubiese detrás de la barra. En el camino, se cruzó con algunos jugadores de Racing que lo gastaron: “¡Attadía chupamedias!, ¿Otra vez haciéndole mandados a Basile?“.
El Flaco Lamadrid (linda camisa y alpargatas amarillas), el Pato Fillol (¡Qué peinado!) y Horacio Cordero jamás se enteraron que ese señor de remera rayada, malla horrible, medias de toalla y zapatillas atadas a los tobillos era un impostor. O mejor dicho, el guitarrista de los Rolling Stones. [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Walter Fernández, Juan Carlos Zubzuck, Horacio Attadía y el Flaco Hugo Lamadrid sabían perfectamente que la carrera del futbolista no tiene mucho carretel. Ni lerdos ni perezosos, los hombres de Racing se envalentonaron en una calurosa noche de los 80’s y sin temor al qué dirán sacaron a relucir su costado más tropical. ¿El resultado?
Éxtasis en estado puro . [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Creíamos que en un casamiento, las posibilidades de encontrar un desalineado para esta sección se reducían a 0%. Para un acontecimiento de esa magnitud, generalmente la gente se empilcha bien o directamente recurre a lo clásico para no pasar palelones. Ni hablar de los novios, casi siempre atados al uniforme reglamentario (?) de la boda.
Bueno, estábamos muy equivocados. El Flaco Hugo Lamadrid había hecho todo al revés para llegar hasta el altar. Con 23 años, jugaba la Copa Libertadores con Racing y mientras tanto andaba completamente de putas con su Coupé Sierra XR4 que levantaba la velocidad suficiente para lucir, viento en contra, su clásico combo de melena hasta la cintura y camisa desabotonada.
Con esa pinta e ignorando el significado de la palabra responsabilidad, conoció a una piba de dulces 18 años llamada Silvana, que inocentemente se dejó llevar por las promesas de cenas románticas y autógrafos de Asteggiano, entregándose a una relación sentimental que tuvo su punto álgido cuando fue descubierta por su padre (Carmelo) y su hermano (Juan Carlos).
Haciendo equilibrio entre la vida y la muerte, el áspero volante llegó como pudo al día de la boda, compromiso que habia empeñado para preservar su pellejo. Desafiando una vez más los parámetros de la formalidad, fue a su propio casorio con un look bien rocker.
Las lanas y la camisa abierta, infaltables. Pero a eso le agregó un accesorio de raso bordó, producto de un equívoco del modisto encargado para la ocasión, que unos días antes había malinterpretado la recomendación de un amigo futbolero: “Ojo con Lamadrid, que faja“.
Dicen las malas lenguas que los hijos de la pareja, Axel y Melany (y próximamente otra nena), actualmente miran esta foto y no pueden creer que en una escena donde está su padre cerca de una botella no aparezca Walter Fernández. Y sí, el amor hace milagros. Y COLORÌN COLORADO...