BASILE Y SU JUEGO LINDOEl entrenador de Racing se promulgó en contra de tirar el balón afuera para que puedan ser atendidos los jugadores que se encuentran doloridos en el campo de juego. Sorpresa para muchos y algo lógico para otros. El señor del fútbol habló y levantó polvareda.
Por Ariel Spini | Fanáticos de uno de los deportes más lindos del mundo miran atrás y hacen memoria. Buscan dentro de sus cabezas una selección Argentina que no defraude a los ojos, ni siquiera que apueste a ser campeona del mundo, que juegue al fútbol. Algo muy simple para expresar en palabras pero difícil de llevar a la cancha. Esas personas que viajan al pasado en búsqueda de épocas gloriosas, de caños, gambetas, tacos, y paredes, recuerdan un equipo nacional. El de él, el de la Copa América Ecuador 1993, con Alfio Basile en el banco de relevos como director técnico.
Ese mismo hombre que varios años más tarde fue víctima de las acusaciones de Diego Maradona para que la Asociación de Fútbol Argentino lo separe de su cargo y sea el mismísimo Diez el encargo de llevar a la Albiceleste a un nuevo fracaso, hoy está de nuevo. Lleva dos fechas con el buzo de DT de Racing Club, la institución de sus amores. En apenas 180 minutos de juego, las artimañas de los entrenadores rivales que no generan ideas futbolísticas lo pusieron entre un debate interno.
Defender la ideología, esa que lo llevó a ser uno de los coachs más queridos y recordados del país o sucumbir ante la moralidad del Fair Play.
Mientras la calidad del fútbol sigue en baja por una pendiente que parece no tener fin, él volvió con su estilo intacto. Agarró un equipo que pasó de tener a Diego Simeone en el banco –uno de los técnicos más mezquinos de la modernidad- a tener al último romántico que sigue en pie. Mientras las escuelas de entrenadores y futbolistas enseñan a perder tiempo en pequeñeces, simular faltas, quejarse con los árbitros, tardar en realizar tiros libres y más, en sus entrenamientos se práctica pases.
En vísperas de regresar una cuota de fútbol bello a la primera división con su presencia en las canchas ingresó en una polémica. Muchos de los que se espantan al oír decir al Coco que el Fair Play es una mentira, festejan el “Pisale la cabeza” del Narigón Carlos Bilardo. Hoy, para ellos Basile no tiene ética ni moral, pero él se apoya en el reglamento del ente madre de la disciplina. El árbitro debe parar el juego cuando lo crea necesario, no lo debe hacer el jugador. Entre las nuevas vivezas de los futbolistas está tirarse al suelo para simular una lesión y cuando el balón sale del campo de juego se levantan como si nada hubiese ocurrido.
Preservar el Fair Play que crearon los británicos no es sacar el esférico fuera de las líneas de cal, es jugar limpio, sólo eso. No es ayudar a levantar al colega después de una patada criminal, es no realizar esa entrada que pueda lesionar al rival. Muchos defienden el invento de los padres del fútbol, pero festejan acciones al límite del reglamento.
El Coco es sin lugar a dudas una especie en extinción, mientras los técnicos nuevos no trabajan la estética del fútbol, él lucha por devolver el espectáculo a los fanáticos. Si hubiera más entrenadores que persigan el mismo objetivo de jugar lindo que él, el torneo más mediocre de todos no hubiese existido.