Es inevitable no quedar impactado. A pesar de haber ido millones de veces a ese lugar, a pesar de conocer cada rincón del mismo, es imposible no levantar la mirada cuando uno se va acercando a ese mounstro de cemento, AL GLORIOSO CILINDRO DE AVELLANEDA. El Cilindro, también llamado Coliseo, es nuestro lugar obligado de encuentro, nuestro templo, nuestra casa, uno de nuestros grandes orgullos. En él se han vivido muchas escenas de emoción. Y cuando digo emoción digo alegrías y tristezas.
Fue el Cilindro testigo de grandes momentos como el Primer Tricampeonato del Fútbol Argentino, la final contra Nacional por la Copa Libertadores, la recordada final contra el Celtic escocés por La Copa del Mundo, el partido de ida de la final contra el Cruzeiro por la Supercopa, cuando se desplegó la bandera gigante en la Libertadores del 96, aquel zapatazo de Bedoya en el 2001 frente a River, el día que Racing cumplió 100 años…
También tuvo de los malos. El descenso del 83, la quiebra y la cancha llena cuando a Racing no se le permitía jugar, ver que su destino inevitable era jugar la Promoción contra un equipo de la B en el 2008…
Vaya si sabe el Cilindro de vaivenes. La vida institucional y deportiva de Racing ha atravesado innumerables subidas y bajadas y nuestro estadio las ha vivido todas. Sin embargo, a pesar de los hechos positivos y negativos que ha vivido la alegría más grande de nuestro estadio es que en cada encuentro que juegue Racing miles de fieles vayan a visitarlo. Que vayan entrando a su casa en cantidad. Que lo vayan adornando con banderas. Que se pongan a cantar y a saltar media hora antes de que arranque el partido y que no paren de alentar nunca. Que suelten papelitos al viento cuando sale Racing. Al Cilindro le encanta que retumben las voces de los académicos en cada rincón de su estructura, que hagan sentir la localía, que los visitantes se achiquen, se sientan incómodos. No existe algo más placentero para nuestro estadio que ver a su pueblo, firme, fiel, conmovedor en cuanto al aliento… con eso nuestra casa ya es feliz.
Usted capaz piensa que ridículo este pibe. Escribe como si El Cilindro fuera una persona, como si sintiera algo, como si tuviera sentimientos. Por favor, El Cilindro es simplemente una estructura hermosa pero de sentimientos no entiende nada porque no tiene vida. Y quizás, usted tenga razón. Quizás estoy loco al considerar al Cilindro como algo más que una mera estructura que nos alberga una vez cada 15 días. Pero piense, si usted fuera de cemento y vinieran miles de fanáticos enamorados por la celeste y blanca, y lo vistieran de fiesta, si usted fuera testigo de todos los momentos emotivos que enumeré más arriba, si usted presenciara esas fiestas que solo la gente de Racing puede lograr… ¿¿¿usted no sentiría???, ¿¿¿a usted no le generaría nada ver eso??? Sin dudas El Cilindro vive y siente a Racing como nosotros, es parte de la historia de La Academia. Ha sido testigo de muchas situaciones, de las buenas y de las malas, pero en 60 años de vida ha sido testigo sobre todo de muestras interminables de amor puro e incondicional. Y eso moviliza a cualquiera…
Para el resto serás solo un estadio… para los enfermos por Racing sos nuestra casa… nuestro hogar… NUESTRO LUGAR EN EL MUNDO. Por eso, esta noche iremos a vestirte de fiesta. A engalanarte. A que sonrías como cada vez que tu pueblo va a visitarte. Vos simplemente relajate… y disfrutá.