Recuerdo del primer mensaje :La verdad este tipo me parece un pelotudo barbaro, pero es el unico qe dijo la verdad.
Una ráfaga de 45 minutos y un rebote fueron suficientes. Despuès, la Mística se “colgó” del travesaño y consiguió volver a los primeros planos sudamericanos en una resurrección que, lejos de parecerse a la del Ave Fénix, tuvo mucho del simpático gato Félix, otrora estrella de los dibujitos animados en la década del 60, tan añorada por Independiente. Un penal glamoroso de Tuzzio no cobrado, y dos off-side que anularon goles del Goiás se sumaron en la noche gloriosa, a la larga serie de humanos errores arbitrales que posibilitaron el festejo final.
Los hinchas lloraban pero no de alegría durante el segundo tiempo y todo el alargue. Rogaban que Oscarcito Ruiz hiciera lo que al final hizo: terminar el partido un segundo antes de que se cumpliera el minuto 120 aún cuando el partido había estado detenido entre dos y tres minutos en el segundo tiempo suplementario por lesión del zaguero Julián Velázquez. Una nimiedad, una menor detalle al lado de tanta algarabía desatada luego de tantos años de desencuentro.
Puede exhibir, orgulloso Independiente, la Copa Sudamericana, entre otras cosas porque dejó afuera a Racing de la próxima Libertadores.
Ganó el Rojo, éste certámen que contó con la participación, entre otros, de San José de Oruro, Universitario de Sucre, Unión San Felipe de Chile, Avaí de Brasil, Gremio Prudente, Vitoria, Sport Huancayo,(los que se “comieron” 9 goles en el debut). Huila, de Colombia, Deportivo Lara de las tierras del comandante Chávez igual que Trujillanos. Y claro, la Universidad César Vallejos, del Perú.
Entre los que deberán ser especialmente recordados en ésta epopeya inolvidable figuran los brasileños Wilson Seneme, el árbitro que no suspendió el partido cuando le rompieron la cabeza a Martín Silva, el arquero de Defensor. También se gana un lugar entre los próceres el paraguayo Carlos Amarilla, aquel que vió un foul-fantasmal de Yesid Martínez a Hilario, en el cero a cero con Deportes Tolima. La terna uruguaya Roberto Silvera y sus colaboradores Miguel Nievas y Carlitos Pastorino, alias Charly, con sus humanos errores en Quito, también se han ganado un lugar en el corazón Rojo.
Y hubo no una sino varias frutillas del postre en el último encuentro con el descendido Goiás, que empieza con el Bragantino, según palabras del reputado entrenador Mohamed.
Oscarcito Ruiz, Abraham González y especialmente Humberto Clavijo, no vieron el penal de Tuzzio y un par de exquisitos off-side que hubiesen significado el empate o la victoria lisa y llana de los muchachos del Goias.
Pero insisto, son pequeñeces al lado de la vuelta del campeón, la vuelta del Rey de Copas, la vuelta del Rojo, la Mística, la Historia con mayúsculas y la alegría.
Porque convengamos que a Avellaneda, volvió aunque sea por un rato, la inconmensurable alegría sudamericana.
(Fuente
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