Ella: ¿A dónde vas?
El: Salgo un rato.
Ella: ¿Te vas con el auto?
El: Sí.
Ella: ¿Tiene nafta?
El: Sí, ya le puse.
Ella: ¿Vas a tardar mucho?
El: No mucho.
Ella: ¿A dónde vas?
El: No sé, por ahí. A dar una vuelta.
Ella: ¿Y no preferís ir caminando?
El: No, voy con el auto.
Ella: ¿Me traes un helado?
El: ¿De qué gusto?
Ella: De chocolate.
El: Bueno. Voy... y a la vuelta paso por la heladería y te traigo.
Ella: ¿A la vuelta?
El: Y si... si no se derrite.
Ella: ¿Por qué no vas ahora, volves y me lo dejas?
El: Mejor a la vuelta, va a ser mejor.
Ella: Ok...
El: Cuando vuelvo tomamos el helado juntos.
Ella: Pero a vos no te gusta el chocolate.
El: Me compro otro.
Ella: ¡Trae de vainilla!
El: Tampoco me gusta la vainilla.
Ella: Entonces de frutilla, que nos gusta a los dos.
El: OK. Besos, vuelvo en un rato.
Ella: Mi amooor.
El: ¿Qué?
Ella: Mejor frutilla no. Trae limón.
El: ¡No me gusta el limón!
Ella: Entonces traeme chocolate a mí y para vos lo que quieras.
El: Fue lo que dije al principio.
Ella: ¿Estás siendo irónico?
El: No, me voy.
Ella: ¡Dame un beso!
El: Bueno... (beso)
Ella: ¿Vas con tu auto o con el mío?
El: Con el mío.
Ella: Usa el mío, tiene CD. El tuyo no.
El: No voy a escuchar música, voy a despejarme un poco.
Ella: ¿Necesitas despejarte?
El: No sé, cuando salga te digo.
Ella: ¡No tardes!
El: No tardo... (abre la puerta).
Ella: Amor...
El: ¿Y ahora quéééé...?
Ella: ¡Qué grosero! ¡Mejor andate!
El: Estoy intentando irme y no me dejas.
Ella: ¿Por qué tenes que ir solo? ¿Te vas a encontrar con alguien?
El: ¿Qué queres decir?
Ella: Nada.
El: (Cariñoso) ¿Crees que te estoy engañando con alguien?
Ella: No... claro que no... pero vos sabes cómo son...
El: ¿Cómo son quiénes?
Ella: ¡Los hombres!
El: ¿Estás generalizando o estás hablando de mí?
Ella: Estoy generalizando.
El: Entonces no se aplica a mí. Sabes que no te haría algo así.
Ella: Ok..., bueno. Anda entonces.
El: Me fui.
Ella: Espera.
El: ¡Ay por >Dios! ¡¿Qué?!
Ella: Llevate el celular, ¿queres?
El: ¿Para qué? ¿Para que me estés llamando a cada rato?
Ella: No. Por si pasa algo.
El: No te preocupes.
Ella: Perdoname por la desconfianza. ¡Es que te extraño!
El: Está bien. No quise contestarte así. Te amo.
Ella: ¡Yo también! ¿Puedo usar tu celular?
El: ¿Para qué?
Ella: Es que me gustan los jueguitos.
El: ¿Queres mi celular para jugar?
Ella: Sí.
El: Usa la computadora, hay un montón de juegos ahí.
Ella: No entiendo ese aparato...
El: ¿Y para qué me hiciste que te la comprara el mes pasado?
Ella: No importa. Llevate el celular porque si no, lo voy a usar.
El: Usalo, no hay nada importante en él.
Ella: ¿No?
El: No.
Ella: ¿Dónde está?
El: ¿Qué cosa?
Ella: ¡Lo que debería estar en el celular y no está!
El: ¿Qué?
Ella: ¡Nada! ¡Olvidate!
El: ¿Estás nerviosa?
Ella: No, no estoy nerviosa.
El: Entonces me voy.
Ella: Lo último…
El: ¿¿¡¡QuééééÉÉÉÉ!!??
Ella: ¡No quiero más el helado!
El: ¿Ah no?
Ella: ¡No!
El: ¡Entonces yo no voy a salir!
Ella: ¿Ah no?
El: ¡No!
Ella: ¿Entonces te quedas conmigo?
El: No, me aburriste. ¡Me voy a dormir!
Ella: ¿Estás nervioso?
El: ¡Sí!
Ella: ¿Y por qué no te vas a dar una vuelta para despejarte?