- R escribió:
- Arquero surgido de las divisiones inferiores de Atlanta a fines de los ochenta. Fue parte del plantel que consiguió el ascenso al Nacional en 1990 y que descendió en 1991. En 1992 llegó a la Primera División cuando firmó con Platense.
En el Calamar, donde estuvo entre 1993 y fines de 1994, disputó 12 partidos y recibió 17 goles. En 1995 pasó a Racing, que por aquella etapa compraba cualquier cosa que se moviera, pero duró muy poco. Apenas una temporada más tarde se fue a Belgrano de Córdoba, que luchaba por volver a Primera.
Hablando de ESE Racing del '95...lean...[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]En el Clausura ’95 Racing tenía un equipo que era integrado, entre otros, por Claudio García, el Puma Rodríguez, Néstor Clausen, José Albornoz, Claudio Marini, Cosme Zaccanti, Mariano Dalla Líbera y Marcelo Saralegui. Con vistas a las elecciones de mayo de ese año, el presidente Juan De Stéfano recurrió a un golpe de efecto: la contratación de Diego Maradona como DT, en dupla con Carlos Fren. La idea era apostar a que, si el oficialismo era reelegido, la estrella de México ’86 iba a jugar en La Academia una vez que terminara la suspensión que en ese momento estaba en efecto.
Luego de una pretemporada en Mar del Plata que incluyó anécdotas como esta, la dupla dirigió a Racing en 11 partidos, obteniendo 2 triunfos (uno contra Boca en la Bombonera), 6 empates y 3 derrotas. Luego de la undécima fecha, en las elecciones se impuso la fórmula encabezada por Osvaldo Otero, que traía aires de renovación después de ocho años de destefanismo (?). Maradona y Fren renunciaron ante la derrota del presidente, y dejaron el camino libre para la renovación. De cualquier manera, el equipo terminó sexto en el Clausura bajo la dirección técnica de Héctor Martínez.
Acompañado por Daniel Lalín, Otero se propuso armar un gran equipo para terminar con los 29 años de sequía que llevaba la institución. Se decidió hacer un recambio importante en el plantel. Todos los nombrados arriba dejaron la institución, y se creó un fondo de inversión para obtener recursos con los que adquirir el nuevo equipo.
Pero antes, se necesitaba definir quién iba a ser el entrenador. La dupla Oscar López-Oscar Cavallero tenía consenso, pero desde algunos círculos políticos que habían apoyado a la fórmula se sugirió otro nombre:
Jorge Pedro Marchetta. El Negro había dirigido a Racing ya en 1989, y en 1992/93 había sido el técnico de Independiente.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Como la dirigencia quería trabajar seriamente, se contrató a Marchetta por un plazo prolongado: tendría dos años para sacar campeón a Racing. A cambio, recibiría 900.000 pesos/dólares.
Definido el entrenador, empezó la danza de nombres. Llegaron Rubén Capria (libre de Estudiantes), Damián Facciuto (Argentinos),
Ragg y Viqueira (Platense), Chacoma y Carrario (Talleres), Pompei y Armentano (Vélez), Sergio Zanetti (Español), Echazú (Almirante Brown), Diego y Damián Yáñez (All Boys y Talleres de Remedios de Escalada), Marcelo Delgado (Cruz Azul) y Claudio Ubeda (Querétaro).
La gran mayoría del plantel anterior dejó el club. Néstor Clausen, uno de los que se fueron, declaró más tarde, sin dar datos específicos, que para poder jugar en un club tenía que darle una parte de su prima al técnico, y que por ese motivo no había arreglado (pasó a Independiente). Nacho González, Gustavo Costas, Juan Ramón Fleita y Claudio López, entre otros, se quedaron.
Para alimentar la sensación de frescura, antes de empezar el torneo venció el contrato de indumentaria que Racing tenía con Adidas, y Topper diseñó la camiseta que se puede ver en la foto de arriba.
Carrario se convirtió en la primera estrella de ese equipo, al convertir los dos goles con los que el Nuevo Racing venció por 2-0 a Argentinos Juniors en el debut. Sin embargo, pronto llegaron las dificultades. En el segundo partido San Lorenzo, flamante campeón, venció 1-0 al equipo renovado, con un tanto de Ortega Sánchez.
Racing continuó haciendo una campaña no excepcional pero buena. La mayor emoción de ese semestre vino en el clásico contra Independiente, jugado el 1 de octubre en la Doble Visera. El siete veces campeón de América llevaba más de diez años sin ganarle a Racing (cierto es que hubo muchísimos empates y dos temporadas de Racing en la B en ese período), sin embargo en el primer tiempo se puso 2-0 y parecía que iba a cortar la racha. En el segundo tiempo Racing salió con todo a empatar, y logró el descuento antes de los cinco minutos por intermedio de Claudio López, que venía de las inferiores y se había hecho un lugar en el equipo titular (Carrario se había peleado con el técnico y no jugaba más). Racing siguió buscando el empate hasta que en el último minuto lo consiguió por intermedio del Chelo Delgado, que encontró la red con un zapatazo cuando parecía que no iba a darse.
“Este empate vale oro. Es un mensaje de los dioses, esto significa que Racing tiene con qué salir campeón”, declaraba Marchetta en el medio de la euforia por el empate agónico. Sin embargo, la realidad iba a ser diferente. Dos fechas después, Racing perdió de local contra Deportivo Español. Y en la decimotercera jornada, Racing fue a defender el 0-0 a la cancha de Platense.
La actuación ante el equipo de Vicente López provocó el enojo de los directivos de Racing, que ya tenían otros motivos de disconformidad. Existían conflictos en el plantel que habían hecho que no se concentraran antes del partido perdido ante Español. También había reclamos por falta de pago de algunos jugadores. El entrenador también se llevaba porciones de la bronca. Se lo acusaba de no ir muy seguido a los entrenamientos.
En este marco, los dirigentes tomaron la decisión de despedir a Marchetta. Al hacerlo, se dieron cuenta de que habían firmado un contrato sin cláusula de rescisión, y al ver que tendrían que pagarle los 900.000 dólares pactados, quisieron ratificarle la confianza. Pero Marchetta no quiso saber nada, y arregló su salida. Racing terminó pagándole a Marchetta 650.000 dólares por no entrenar al equipo.
Dos datos más sobre el bueno (?) de Jorge Pedro, sacados textualmente de la nota de El Gráfico de la semana siguiente:
1) “Se conoció un supuesto malestar de algunos jugadores [con Marchetta] por el descuento sufrido en los porcentajes de sus transferencias”.
2) “¿El futuro de Marchetta? De acá a cuatro años, intentar obtener la candidatura a intendente de Lomas de Zamora. Justamente en esa ciudad empezó su amistad con Eduardo Duhalde, de quien era vecino en años juveniles”.
Para reemplazar a Marchetta, los dirigentes volvieron a buscar a López y Cavallero, pero la dupla se encontraba trabajando en Español y el contacto no prosperó. Encararon después a Alfio Basile, quien se había desvinculado recientemente del Atlético de Madrid. Pero el actual entrenador de la selección argentina se mostró leal al técnico despedido (“es como mi hermano”) y no aceptó la oferta.
Quien sí aceptó fue
Miguel Angel Brindisi, campeón con Independiente en 1994. A esta altura, lograr el campeonato parecía imposible. Boca había sacado seis puntos al segundo (Vélez) y avanzaba hacia el título. Racing aún tenía que enfrentar al puntero. En los dos primeros partidos de Brindisi, Racing ganó por diferencia de tres goles: 3-0 a Lanús y 4-1 a Newell’s.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]En la fecha 17 tocaba ir a la Bombonera. Allí, los jugadores que quedaban del campeonato anterior tuvieron como rival adentro de la cancha a su ex-entrenador, Diego Maradona. En el equipo de la capital, la llegada de Maradona tampoco había convencido a los socios de reelegir al oficialismo. El mismo día del partido con Racing, la fórmula Alegre-Heller perdió con Macri-Pompilio. Pero lo más interesante no fue el comicio sino el partido, que recordadamente finalizó 6-4 para los de Racing, concluyendo un ciclo de ocho años con cuatro partidos en los que ambos equipos se hicieron seis goles.
El inesperado score prácticamente eliminó a Boca del campeonato, y Racing se vio en una circunstancia que semanas atrás no creía posible. Al ganarle 2-0 a Gimnasia, el equipo de Brindisi llegó a la última fecha con posibilidades de llegar a un desempate con Vélez para ser el campeón del fútbol argentino. Para que ocurriera eso, el equipo de Brindisi tenía que ganar y el de Bianchi debía perder… con Independiente.
Racing se puso en ventaja contra Colón, pero el resultado de Independiente-Vélez era desmoralizador. Desde los cinco minutos, Vélez estaba ganando y era el campeón. Racing, viendo que no se conseguía el objetivo, bajó los brazos y terminó perdiendo 5-1, con tres goles de Marcelo Saralegui.
El subcampeonato le permitió, meses después, acceder a la Copa Libertadores, al consagrarse Vélez como bicampeón. Racing la jugó con Basile como técnico, que reemplazó a Brindisi cuando fue también despedido (el club de Avellaneda, que estaba en convocatoria de acreedores, en un momento le pagaba el sueldo a tres técnicos distintos).
Así terminó la ilusión del Apertura ’95 para Racing. Debe decirse que era un buen equipo, y quién sabe si no hubiera sido campeón de haber tenido menos quilombos. El régimen de Otero y Lalín (primero ambos y luego el último solo) duró hasta el año 1999, cuando el club se declaró en quiebra y fue intervenido por el Estado y entregado en concesión (?) a una empresa privada. Un par de años más tarde se produjo una renovación muy parecida a la de 1995 (cambio de autoridades, renovación masiva del plantel, cambio Adidas por Topper, equipo dirigido por un amigo de Basile), que culminó con la obtención del Apertura 2001 pero no impidió que Racing continuara su decadencia.